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7 de junio de 2006

Que no me vengan ahora con monsergas

Ayer por la mañana, Pepiño insultaba y maldecía al PP mintiendo y tergiversando los hechos que es lo que sabe hacer (si no hubiera tergiversado tanto es posible que hubiera aprobado los exámes de Derecho a la edad en la que era menester estudiar y aprobar, pero su partido entró a gobernar en Galicia por la puerta de atrás y claro tenía que perder el tiempo en tergiversar la realidad para manejar a un puñado de estudiantes). El resto de sus compañeros de fatigas hacía lo mismo.
Horas más tarde Rajoy decía en el Parlamento lo que hemos dicho muchos en reuniones particulares (en las que se habla o no de política pero que no se hacen públicas por razones obvias). Al responder el presidente sobre lo importante que era la unidad de los demócratas (ya roto por usted, Rodríguez, al autorizar la firma del pacto del Tinell) y volver al pasado (corcho con el presente que tenemos y siempre mirando hacia atrás, para lo malo; porque ¡para comparar el poder adquisitivo no mira el condenado!) Rajoy respondió lo que hemos dicho en privado y en los blogs desde hace tiempo (ver próximo post que si no éste queda largo y tedioso). Pero Rajoy no cedió no le importó llevarse el sambenito que le quieren colocar los y las de la rosa. Rodriguez decía que los españoles queremos la paz, puede estar seguro, si quisiésemos la guerra es posible que hubiera más pérdidas en ambos lados, pero tenga por seguro que al pueblo que se rebeló contra Napoleón no lo van a doblegar unos asesinos como aquellos con los que usted pretende sentarse a negociar.
Ahora Pepiño pide perdón por el anuncio, al cabo de poco tiempo se recupera y vuelve a culpar al PP de no apoyar este gobierno de paz, pero lo cierto es que no pueden ir a por eso sin el PP. Para bien o para mal y mal que les pese el PP representa al menos al 40% de la población. Pero no pide perdón por pretender poner de rodillas a un pueblo frente a unos asesinos, ahí está el delito por el que tienen que pedir perdón.
La frase del negociador es diáfana al declarar que el proceso no consiste en "que la izquierda abertzale renuncie a las posiciones políticas históricas" porque eso sería "un proceso de rendición". Vuélvanlo a pasiva y lo tenemos. Rodriguez está rindiéndo nuestra nación a ETA y me parece que nuestras posiciones políticas históricas tienen más historia y más de lo que enorgullecerse que las los otros individuos.
Porque no puede enorgullecerse Rodriguez de sus posiciones históricas, recientes, cercanas, lejanas o lejanísimas. A lo mejor y dado que no le causó rubor lo que pasó en España desde el 82 en que ganaron los socialistas, es posible que no pueda sentirse orgulloso no por lo que pasó en España, si no por lo que él y su partido conocieron, consintieron y manipularon antes y después del 11-M
11-M¿ Quién fue? quieres o no quieres que se sepa Rodríguez

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