Pero, ¿quién es Calleja?
Me entero, leo, veo que el insultador felipista José María Calleja ha pretendido hacer de menos a la gran Isabel San Sebastián de la única forma que sabe.
Lo más que ha conseguido es dejar en evidencia a todos aquellos que por acción u omisión asintieron impasibles o regocijados sin mover un músculo al enésimo ataque chequista a la libertad de expresión; es decir, y perdón por repetirme al citar: Onega, Casado, Gallardón.
Pero para saber quién es este Calleja, qué mejor que leer a Germán Yanke en una revista de prensa que el 13 de abril de 1996 escribía en El Mundo y que titulaba «Los que se bañan y se ahogan en el Estado». Se estaba fraguando el pacto Aznar-Pujol y Yanke escribía:
Nota aclaratoria: es cierto que el artículo lo escribió Yanke en El Mundo y dice lo que dice. Aquí está la prueba.
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Gallardón, dimisión.
Lo más que ha conseguido es dejar en evidencia a todos aquellos que por acción u omisión asintieron impasibles o regocijados sin mover un músculo al enésimo ataque chequista a la libertad de expresión; es decir, y perdón por repetirme al citar: Onega, Casado, Gallardón.
Pero para saber quién es este Calleja, qué mejor que leer a Germán Yanke en una revista de prensa que el 13 de abril de 1996 escribía en El Mundo y que titulaba «Los que se bañan y se ahogan en el Estado». Se estaba fraguando el pacto Aznar-Pujol y Yanke escribía:
"(...)En El Correo Español, José María Calleja cree que Aznar «ha recuperado el tono» después del «baño de Estado» que le han dado Felipe y Suárez. Un «baño de Estado», la verdad, debe ahogar hasta al más preparado y Calleja, que al parecer se ha mojado en el asunto, asegura que también quieren que acabe la interinidad «los mariachis del apocalipsis que tras el fiasco del día 3 se encuentran desnortados, sin un escándalo que llevarse a la boca y con un síndrome de abstinencia, respecto a la deliciosa estampa del caos que les está restando lectores y oyentes». El estilo de este columnista chirría tanto que acaba por tener gracia aunque, tras comprobar que en estos 40 días ha debido escribir las mismas palabras unas 80 veces, uno termina por descubrir que, más que repetir, lo que ocurre es que no tiene nada que decir. Y, además, como se ve, no lee la prensa, que a lo mejor esta abstinencia es parte del «baño de Estado»(...)"
Nota aclaratoria: es cierto que el artículo lo escribió Yanke en El Mundo y dice lo que dice. Aquí está la prueba.
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Gallardón, dimisión.
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