Hasta siempre, Indrackia.

El pasado día 27, Indrackia, una de las personas más prolíficas y sensibles de quienes conformamos esta bola etérea que ama la libertad, nos abandonó para dedicarse a otros menesteres que, deduzco yo, requieren toda su atención. Toda pérdida implica un duelo, y ahí estoy, sin atreverme a eliminar su enlace de este burdo blog, por si un soplo aleatorio nos devuelve su contacto.

Os dejo con lo último que puso en Artis Amantes y comprenderéis lo que digo.

Caminante ante un mar de niebla (Caspar David Friedrich)