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3 de diciembre de 2006

Navarra SÍ, por supuesto.



Aunque lo sospechas, piensas que las cosas nunca llegarán tan lejos. Sin embargo, cuando lees cosas como lo que hoy cuenta Bachiller, colega de Foro Liber@l, te das cuenta que ellos siguen fieles a un objetivo fijo, inamovible, mientras aquí la mayoría está a verlas venir.

Es curioso cómo los nacionalistas hace tiempo han ganado la batalla de la propaganda a base de la tergiversación semántica que con tanto agrado recogen los medios de comunicación.

Resulta que nos introducen algunas palabras en nuestro lenguaje cotidiano que no es preciso taducir porque han cobrado ya un significado que, partiendo del original, ha sumado un componente emocional-ideológico al puramente semántico.

Así, para unos, «ikastola» (escuela, en castellano) podría equivaler a: «lugar donde los niños adquieren conciencia de la supuesta superioridad de la raza vasca y aprenden a mentir, vejar y denigrar la historia, la cultura y las características de los 'maquetos', vulgarmente, españoles». Para los otros, hipersupercojoEuskoloquesea y progres en general, «ikastola» es «escuela buena».

Pasa también con las noticias referidas a Cataluña (en los periódicos españoles, junto con las de las Vascongadas, casi no hay otra cosa). Cuando se escribe en castellano, el uso de la palabra «Generalitat» otorga al Gobierno de la Generalidad de Cataluña una cualidad diferenciadora positiva con respecto, pongamos por caso, al «Gobierno extremeño».

No digamos, por supuesto, cuando en un sesudo editorial escrito en lengua cervantina se desliza la palabra «President»; no se les ha caído la 'e', no; ni se habla de Bush o Chirac; ni siquiera de la mantequilla que usó Brando con la Schenider.

Alguien debería escribir un diccionario «LenguasElegidas-Español, Español-LenguasElegidas», así las niñas y niños de nuestras escuelas y escuelos sabrían a qué atenerse.

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