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17 de agosto de 2006

¡Espeluznante!

Al portavos de la Confederación Nacional de Policía, señor Gavilán, le he oído decir esta mañana algunas cosas que ponen al músculo horripilador en posición de alerta máxima:

1. En lo que va de año 16.000 subsaharianos han entrado de forma ilegal en España, que se convertirán en unos 20.000 al final del año.

2. El Gobierno Canario encubre la emigración irregular, dice el portavoz. ¿Cómo? Así: el Cuerpo Nacional de Polícía (CNP) es el encargado de deportar a sus países de origen a los inmigrantes ilegales, para lo que ha de ver su pasaporte o fotocopia del mismo. Como, cuando llegan, no tienen pasaporte, no los pueden expulsar. Sin embargo, ese documento, que sería necesario para su expulsión, si obra en poder de las autoridades sanitarias o municipales, pues es preceptivo para empadronarse u obtener la tarjeta sanitaria, que es lo primero que hacen los ilegales durante los cuarenta días que están en las islas a la espera que se resuelva su situación. Lo lógico sería que los miembros del CNP tuvieran acceso a las bases de datos del Gobierno Canario donde se encuentran las identidades de esos ilegales y donde figuran sus países de procedencia, pero ello no es así.

3. Pasados los 40 días de estancia en las islas, y como no se les puede retener más ni repatriar, se les pone en la Península en vuelos diarios a Barajas, Valencia, Málaga y Murcia. Así van ya ¡más de 10.000 este año!

4.
Equipara el señor Gavilán la posibilidad de acción del FRONTEX a la de un solo radiopatrulla al que se le encomendara la seguridad ciudadana de todo Madrid. La policía de Gila, vamos.

5. La frontera de La Junquera es el principal foco de entrada de extranjeros en España. Cada día, calcula este sindicato policial, entran más de 500 rumanos y búlgaros por esa frontera de Gerona.

6. El problema del aeropuerto de Gerona. Por este aeropuerto entran cada año a España unos 3 millones y medio de extranjeros. Como el CNP es el único cuerpo de policía legalmente habilitado para el control y vigilancia de extranjeros (ni policías autónomos catalanes o vascos ni policías municipales pueden hacerlo), los policías encargados de hacerlo deberían detener a todo rumano o búlgaro ilegal o con pasaporte falso. Pero, claro, como los policías españoles están desapareciendo de Cataluña, también lo hacen de sus aeropuertos y fronteras terrestres, no reponiendo las plazas que quedan vacantes por jubilación con otras nuevas. Así, ahora mismo, hay dos policías por turno en el aeropuerto de Gerona para controlar la entrada de 3 millones y medio de extranjeros al año, y que en esta época del año lo hacen en avalancha, facilitando la entrada de ilegales.


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