Memoria HistÉrica (XXV) - 14 de enero 1996
Hoy no traigo la portada del día, sino que transcribo un jugoso artículo firmado por Aurora Pavón, que creo que será de interés, sobre todo para los más jóvenes, que quizás desconozcan algunas cosas de las que se cuentan.
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El baúl de la Pavón
Barrionuevo secuestra el caballo de Gallardón
TEXTO : Se puso de punta en azul, con el «blazer» y el pantalón gris, la corbata amarilla, la nariz de Milikito, la «cara boxeada» y la sonrisa cínica y desvergonzada que acompaña su máscara de presunta víctima: «no me dejan declarar; que se me deje de humillar, como se me está humillando». Así decía remolón el ex ministro ante el juez y la sala del Tribunal con las defensas montadas, al acecho el fiscal y obediente de solemnidad el abogado del Estado felipista. El jueves Barrionuevo vivió el ensayo general de su juicio final. El arranque del calvario penal, como el que pasaron con prisión incluida los altos cargos de Interior que años atrás obedecieron sus órdenes de presunto criminal.
Los mismos que hoy le acusan y le ganan los careos porque dicen la verdad. Los Amedo, Alvarez, Planchuelo que el ex ministro dejó que se pudrieran en prisión con falsas promesas para salvarse él y salvar a González y sin tener el valor y «la hombría de bien» -de la que habló en París mister X- de decir ante el juez: «fui yo, y ellos sólo obedecieron mis órdenes».
Pero no, el ex ministro es un cínico que ya tiene respuesta a la pregunta real de «Pepe Barrionuevo, ¿cómo estás?». Pues está en libertad provisional bajo la benévola fianza de 15 kilos, acusado de secuestrar a Marey, como otros secuestran a Aldaya. Se acabó el cuento chino del presunto inocente. Ahora es presunto criminal con secuestro en firme y 28 asesinatos y malversación en las espaldas. Humillando -él sí que humilla- y manchando la dignidad de instituciones como el Gobierno, el Parlamento y el PSOE y poniendo patas arriba el proceso electoral. Que embarre el PSOE es lo de menos porque aquello ya es un barrizal donde se practica el homenaje y la apología del crimen, el robo y la corrupción, amén de regalar joyas con dinero público como hacía el Corcuera por Navidad.
Qué bonito final de régimen. Barrionuevo en el Supremo de punta en azul marino y González en París, donde se le ha puesto cara y ojeras de Fernandel, para asistir a los funerales de Mitterrand, el fallecido faraón de la pirámide de cristal que se mofaba del presidente español llamándole «ese chico sin corbata». Sí, sí, sin corbata, menudo niñato descorbatado que llegó al Gobierno y en seis meses ya estaban montando el GAL. Lo cuenta el fascista Damborenea, que apuntilló a Barrionuevo en el último careo cuando desveló la reunión secreta de Guadarrama con Benegas, Sancristóbal, Jáuregui, Casas y el pobre ex ministro. El Calimero, el humillado e indefenso, al que Dambo le está muy agradecido y por ello le propinó una versallesca puñalada al contar el plan de los secuestros de etarras ante el tribunal.
Y todo esto se lo debemos gracias al gran gafe del Gobierno al inefable Belloch (pata de conejo), al pirómano bombero que desató altanero las iras de Amedo. Y tirando del hilo, como si de la trenza de Julieta se tratara, escaló cual intrépido Romeo el torreón del poder. Y así, uno a uno, todos los del escalafón de Interior y del PSOE fueron a parar al zurrón de Garzón y de ahí al Supremo.
Aunque pregunto yo ¿qué es peor, el Supremo con sentencia en firme en unos meses y todos a la cárcel; o la larga marcha en la Audiencia Nacional con Garzón y un chapuzón previo por Alcalá-Meco? No se sabe qué es peor, ni qué es mejor si es que algo de bueno puede salir de todo esto. En todo caso está el cazador Belloch (pelo de jineta) en la antesala del despacho oval de González. Cazó a Barrionuevo -del cielo caiga gloria bendita para los periodistas Miralles y Arqués-, tiene a Corcuera en un ¡ay! y a punto está de traspasar el umbral presidencial donde González, el amigo de Sarasola, -«¡Titi, que soy Pichirri, ya llegó el maletín!»- empieza a ver, como en un sueño, su patético y fantástico final que será igualito, piensa él, que los solemnes funerales de Mitterrand.
Es verdad que Móner no aplicó todo el peso de la ley en lo de las medidas cautelares. Pero fue definitivo en lo del secuestro, a pesar de las presiones que han circulado por el Supremo, mientras Pascualazo Sala, presidente en funciones del Supremo y Poder Judicial, sigue haciendo de las suyas -otro que va a acabar bonito- pidiendo demandas contra la Prensa que le critica o medidas disciplinarias para el juez Navarro, «manos limpias», porque se atreven a discrepar. Y luego llama a pedir disculpas, dar explicaciones y justificar lo que no se puede justificar. La libertad de expresión está por encima de casi todo. Entérese don Pascual (bailón).
A Pascualazo le salió rana el fiscal Granados, otro gol por la escuadra de Belloch (ojo de cobra) y si no que se lo pregunten a Bacigalupo. Que contento me tiene el juez porteño del Supremo, con el auto infumable -un cadillac donde escapan banqueros y altos cargos del PSOE- de Filesa que recurrió el fiscal Salinas harto de razones y conocedor del Derecho (estudió en Lepe).
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El caballo de Gallardón
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El felipismo está de los nervios porque lo de Barrionuevo hace que tiemblen los cimientos del régimen piramidal. Si se cae una carta, el templo de naipes del tahúr monclovita se puede derrumbar y, de momento, en ésas están. Por ello las encuestas de antes y después de la «libertad provisional bajo fianza» del presunto criminal van a variar y no se puede ni se debe descartar un descalabro fenomenal del PSOE. Por eso el diario gubernamental de Polanco no quiere que IU ni Anguita salgan por televisión, y cuando la AEPI pide neutralidad hablan y escriben por boca y plumas de gansos de la Moncloa, que avisan al emperador, citando a los «teóricos de la pinza».
¿En qué quedamos? Acaso el «Sindicato del Crimen», la AEPI, los DALTON, o como quieran llamar a cierto grupo de apuestos guerreros del periodismo democrático ¿no eran los miembros de una conjura republicana contra el Rey, hace dos veranos? O ¿no es más cierto, según el polanquismo y felipismo, que estuvieron al servicio y en tratos con la gran conspiración de Conde, aquel que bailaba sevillanas con Polanco en la cubierta del yate «Alejandra» o en los salones del «Golden Horizont», y que se reunía en secreto con González en la finca que yo me sé? O sea que la AEPI ha pasado de la conjura republicana, a la conspiración judeomasónica y de ahí a ser amigotes del PP (partido monárquico y catolicón), como dice Haro Tecglen el hermano comilón del alemán Guido Brunner, el de los convolutos.
Y cuando estábamos jugando al «paddle» con Aznar, la AEPI innombrable en El Pais por orden de Cebrián, es calificada de «teóricos de la pinza» PP-IU, al servicio del oro de Moscú y de roba novias del Príncipe Azul. Están de los nervios. Se les ve el pánico en los ojos ante la patética imagen de González-Fernandell. Y se les rompe el cántaro de su cuento lechero: González aguanta, gobierna otra vez con Pujol, Aznar se hunde y llega Gallardón montado en un caballo tordo llamado Remondo, que le compró por 100 millones al hijo de la duquesa de Alba, que debe de estar tiesa con lo que gasta el duque Jesús Aguirre, la cólera de Dios, y necesita una caballito para el niñito. Claro, si a Sarasola JR le compra papá el caballo con los convolutos de Medellín, al niño de Cayetana que se lo compre Gallardón.
Eso y que ponga 100 millones de bellón o Pellón, mientras el Hospital Marañón está de bote en bote, las ONG sin un duro, Madrid lleno de chabolas, paro, mendicidad y desolación. Y el tal Gallardón -que le quiere regalar a Polanco para Canal Plus la retransmisión de los toros de San Isidro, vía «Fefé», Fernández Tapias-, el capullo gallardín, el cornicaracolillo que embiste a la muleta de Su Majestad, el pollo pera que pone Telemadrid al servicio del PSOE contra el PP y para marginar al alcalde de Madrid, el submarino felipista, comprándole un caballo cojo y follador -como el Sultán de Hormaechea al hijo de la señora duquesa de Alba, para que vaya a la Olimpiada a hacer el indio, quedar el último y a vacilar.
Se ha roto el cántaro de la lechera monclovita, que es como Rosa Conde vestida con encajes de lagartera, y hemos llegado a la Conferencia del PSOE «En Positivo», con los de Filesa y los del GAL pasados por el Supremo y listos para sentarse en el banquillo. Con bofetadas en Málaga y Ferraz para entrar en la Diputación Permanente del Congreso y en las listas de la inmunidad. Eso es, del banco azul al banquillo sólo hay un saltillo. Menuda Conferencia final en vísperas del descalabro electoral y mucho que lo siento por mi maestro de esgrima y de meditación Julio Cerón que no verá cumplida su profecía de «González 40 años en el poder» -es que lo ponen muy difícil, Julio- y que andará escondido por el castillo de Perilleux gritando desde el sillón: ¡Mohedano, un café! Y Mohedano, de librea y calzón corto como el polaco aquel, correrá por los pasillos y salones del castillo para decir: «le voilá, monsieur».
FIRMA : AURORA PAVON
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El baúl de la Pavón
Barrionuevo secuestra el caballo de Gallardón
TEXTO : Se puso de punta en azul, con el «blazer» y el pantalón gris, la corbata amarilla, la nariz de Milikito, la «cara boxeada» y la sonrisa cínica y desvergonzada que acompaña su máscara de presunta víctima: «no me dejan declarar; que se me deje de humillar, como se me está humillando». Así decía remolón el ex ministro ante el juez y la sala del Tribunal con las defensas montadas, al acecho el fiscal y obediente de solemnidad el abogado del Estado felipista. El jueves Barrionuevo vivió el ensayo general de su juicio final. El arranque del calvario penal, como el que pasaron con prisión incluida los altos cargos de Interior que años atrás obedecieron sus órdenes de presunto criminal.
Los mismos que hoy le acusan y le ganan los careos porque dicen la verdad. Los Amedo, Alvarez, Planchuelo que el ex ministro dejó que se pudrieran en prisión con falsas promesas para salvarse él y salvar a González y sin tener el valor y «la hombría de bien» -de la que habló en París mister X- de decir ante el juez: «fui yo, y ellos sólo obedecieron mis órdenes».
Pero no, el ex ministro es un cínico que ya tiene respuesta a la pregunta real de «Pepe Barrionuevo, ¿cómo estás?». Pues está en libertad provisional bajo la benévola fianza de 15 kilos, acusado de secuestrar a Marey, como otros secuestran a Aldaya. Se acabó el cuento chino del presunto inocente. Ahora es presunto criminal con secuestro en firme y 28 asesinatos y malversación en las espaldas. Humillando -él sí que humilla- y manchando la dignidad de instituciones como el Gobierno, el Parlamento y el PSOE y poniendo patas arriba el proceso electoral. Que embarre el PSOE es lo de menos porque aquello ya es un barrizal donde se practica el homenaje y la apología del crimen, el robo y la corrupción, amén de regalar joyas con dinero público como hacía el Corcuera por Navidad.
Qué bonito final de régimen. Barrionuevo en el Supremo de punta en azul marino y González en París, donde se le ha puesto cara y ojeras de Fernandel, para asistir a los funerales de Mitterrand, el fallecido faraón de la pirámide de cristal que se mofaba del presidente español llamándole «ese chico sin corbata». Sí, sí, sin corbata, menudo niñato descorbatado que llegó al Gobierno y en seis meses ya estaban montando el GAL. Lo cuenta el fascista Damborenea, que apuntilló a Barrionuevo en el último careo cuando desveló la reunión secreta de Guadarrama con Benegas, Sancristóbal, Jáuregui, Casas y el pobre ex ministro. El Calimero, el humillado e indefenso, al que Dambo le está muy agradecido y por ello le propinó una versallesca puñalada al contar el plan de los secuestros de etarras ante el tribunal.
Y todo esto se lo debemos gracias al gran gafe del Gobierno al inefable Belloch (pata de conejo), al pirómano bombero que desató altanero las iras de Amedo. Y tirando del hilo, como si de la trenza de Julieta se tratara, escaló cual intrépido Romeo el torreón del poder. Y así, uno a uno, todos los del escalafón de Interior y del PSOE fueron a parar al zurrón de Garzón y de ahí al Supremo.
Aunque pregunto yo ¿qué es peor, el Supremo con sentencia en firme en unos meses y todos a la cárcel; o la larga marcha en la Audiencia Nacional con Garzón y un chapuzón previo por Alcalá-Meco? No se sabe qué es peor, ni qué es mejor si es que algo de bueno puede salir de todo esto. En todo caso está el cazador Belloch (pelo de jineta) en la antesala del despacho oval de González. Cazó a Barrionuevo -del cielo caiga gloria bendita para los periodistas Miralles y Arqués-, tiene a Corcuera en un ¡ay! y a punto está de traspasar el umbral presidencial donde González, el amigo de Sarasola, -«¡Titi, que soy Pichirri, ya llegó el maletín!»- empieza a ver, como en un sueño, su patético y fantástico final que será igualito, piensa él, que los solemnes funerales de Mitterrand.
Es verdad que Móner no aplicó todo el peso de la ley en lo de las medidas cautelares. Pero fue definitivo en lo del secuestro, a pesar de las presiones que han circulado por el Supremo, mientras Pascualazo Sala, presidente en funciones del Supremo y Poder Judicial, sigue haciendo de las suyas -otro que va a acabar bonito- pidiendo demandas contra la Prensa que le critica o medidas disciplinarias para el juez Navarro, «manos limpias», porque se atreven a discrepar. Y luego llama a pedir disculpas, dar explicaciones y justificar lo que no se puede justificar. La libertad de expresión está por encima de casi todo. Entérese don Pascual (bailón).
A Pascualazo le salió rana el fiscal Granados, otro gol por la escuadra de Belloch (ojo de cobra) y si no que se lo pregunten a Bacigalupo. Que contento me tiene el juez porteño del Supremo, con el auto infumable -un cadillac donde escapan banqueros y altos cargos del PSOE- de Filesa que recurrió el fiscal Salinas harto de razones y conocedor del Derecho (estudió en Lepe).
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El caballo de Gallardón
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El felipismo está de los nervios porque lo de Barrionuevo hace que tiemblen los cimientos del régimen piramidal. Si se cae una carta, el templo de naipes del tahúr monclovita se puede derrumbar y, de momento, en ésas están. Por ello las encuestas de antes y después de la «libertad provisional bajo fianza» del presunto criminal van a variar y no se puede ni se debe descartar un descalabro fenomenal del PSOE. Por eso el diario gubernamental de Polanco no quiere que IU ni Anguita salgan por televisión, y cuando la AEPI pide neutralidad hablan y escriben por boca y plumas de gansos de la Moncloa, que avisan al emperador, citando a los «teóricos de la pinza».
¿En qué quedamos? Acaso el «Sindicato del Crimen», la AEPI, los DALTON, o como quieran llamar a cierto grupo de apuestos guerreros del periodismo democrático ¿no eran los miembros de una conjura republicana contra el Rey, hace dos veranos? O ¿no es más cierto, según el polanquismo y felipismo, que estuvieron al servicio y en tratos con la gran conspiración de Conde, aquel que bailaba sevillanas con Polanco en la cubierta del yate «Alejandra» o en los salones del «Golden Horizont», y que se reunía en secreto con González en la finca que yo me sé? O sea que la AEPI ha pasado de la conjura republicana, a la conspiración judeomasónica y de ahí a ser amigotes del PP (partido monárquico y catolicón), como dice Haro Tecglen el hermano comilón del alemán Guido Brunner, el de los convolutos.
Y cuando estábamos jugando al «paddle» con Aznar, la AEPI innombrable en El Pais por orden de Cebrián, es calificada de «teóricos de la pinza» PP-IU, al servicio del oro de Moscú y de roba novias del Príncipe Azul. Están de los nervios. Se les ve el pánico en los ojos ante la patética imagen de González-Fernandell. Y se les rompe el cántaro de su cuento lechero: González aguanta, gobierna otra vez con Pujol, Aznar se hunde y llega Gallardón montado en un caballo tordo llamado Remondo, que le compró por 100 millones al hijo de la duquesa de Alba, que debe de estar tiesa con lo que gasta el duque Jesús Aguirre, la cólera de Dios, y necesita una caballito para el niñito. Claro, si a Sarasola JR le compra papá el caballo con los convolutos de Medellín, al niño de Cayetana que se lo compre Gallardón.
Eso y que ponga 100 millones de bellón o Pellón, mientras el Hospital Marañón está de bote en bote, las ONG sin un duro, Madrid lleno de chabolas, paro, mendicidad y desolación. Y el tal Gallardón -que le quiere regalar a Polanco para Canal Plus la retransmisión de los toros de San Isidro, vía «Fefé», Fernández Tapias-, el capullo gallardín, el cornicaracolillo que embiste a la muleta de Su Majestad, el pollo pera que pone Telemadrid al servicio del PSOE contra el PP y para marginar al alcalde de Madrid, el submarino felipista, comprándole un caballo cojo y follador -como el Sultán de Hormaechea al hijo de la señora duquesa de Alba, para que vaya a la Olimpiada a hacer el indio, quedar el último y a vacilar.
Se ha roto el cántaro de la lechera monclovita, que es como Rosa Conde vestida con encajes de lagartera, y hemos llegado a la Conferencia del PSOE «En Positivo», con los de Filesa y los del GAL pasados por el Supremo y listos para sentarse en el banquillo. Con bofetadas en Málaga y Ferraz para entrar en la Diputación Permanente del Congreso y en las listas de la inmunidad. Eso es, del banco azul al banquillo sólo hay un saltillo. Menuda Conferencia final en vísperas del descalabro electoral y mucho que lo siento por mi maestro de esgrima y de meditación Julio Cerón que no verá cumplida su profecía de «González 40 años en el poder» -es que lo ponen muy difícil, Julio- y que andará escondido por el castillo de Perilleux gritando desde el sillón: ¡Mohedano, un café! Y Mohedano, de librea y calzón corto como el polaco aquel, correrá por los pasillos y salones del castillo para decir: «le voilá, monsieur».
FIRMA : AURORA PAVON
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