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3 de agosto de 2006

¡HASTA EL MOÑO!

El hecho de no haber sufrido las consecuencias de la barbarie de la mal llamada huelga de los trabajadores de tierra del Prat de Llobregat no evita que me encendiera como un candil. En aras del derecho de unos no se pueden pisotear los derechos de otros.
El sistema de huelga que se sigue aplicando hoy en día es igual que el que se aplicaba hace más de un siglo y creo que los sindicatos podrían buscar otra manera de presionar a los patronos. Pero a lo que iba que si me extiendo en esto no hablo otras cosas que me parecen más sangrantes.
Las libertades de uno terminan donde empiezan las del otro y lo mismo podría o debería decirse de los derechos (como veréis no es necesario pasar por “educación para la ciudadanía” para tener un comportamiento cívico de mínimos). No se puede retener a pasajeros en un habitáculo metálico durante horas para reclamar nigún derecho. Para empezar porque los sufridores de semejante acción no tienen capacidad de defensa ni de decisión sobre la situación de los trabajadores.
No quiero entrar en el motivo de la retirada de Iberia del aeropuerto pero no entiendo de que vienen las quejas si es una compañía nacional y el control del mismo ha sido uno de los puntos de discusión del Estatuto. Pero lo cierto es que en un sistema libre las compañías y las empresas decidirán donde operan y donde no ya que la cuenta de resultados es la que manda. Mientras el comportamiento de las empresas con los trabajadores no esté fuera de la ley, las protestas de los trabajadores en busca de mejoras deberán estar dentro de lo que marca la ley. Si lo que reclaman es que se varíe una decisión estratégica de la empresa me parece que lo hecho no va a ser de ayuda.
Pero el motivo que me lleva a escribir esto es el bochornoso espectáculo de que las administraciones públicas tanto autonómicas como estatales estén echando balones fuera y no asuman cada uno las responsabilidades que les correspondan. El Estado y por delegación el Ministerio del Interior es quien ha de proteger la seguridad de los ciudadanos, no parece que protegiera a los mismos cuando dilató la entrada de la G C. La excusa dada por el ministro es para gritar ¡estoy hasta el moño de tanta tontería! Pero bueno que era una zona donde había combustible, es que este Gobierno actúa en circunstancias difíciles. Pues que se vayan a jugar al Risk, donde desplegarán estrategias variadas sin que haya combustible cerca. De las responsabilidades del gobierno autonómico no voy a hablar, sólo que si perteneciese al escaso 33% que votó si al nuevo estatuto y viendo quienes tienen visos de gobernar, yo practicaría el castellano en la intimidad para poder empadronarme en Zaragoza como muy cerca.

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