Qué bien se está a la izquierda

En España, tradicionalmente desde que finalizó el franquismo natural, han tenido campo abonado las supercherías de tipo progresista que ha otorgado una cierta etiqueta moral a determinadas profesiones. Se supone que si uno es actor, fotógrafo de prensa, funcionario de TV, músico, pesebrero de la SGAE, profesor de secundaria pública, PNN o juez del cuarto turno, automáticamente posee el don de la superioridad moral que engavia sus argumentos sobre cualquier otra concepción que los ponga en cuestión.
Dado que en España no leemos mucho, nos solemos dejar influir bastante por la potencia de los altavoces. Polanco y El Obvio, como es obvio, desde siempre han querido acaparar el máximo de medios, para crear esas etiquetas sociales que imprimen carácter. Así, si vemos un titerectual en cualquier lugar, aunque no oigamos lo que dice, el resumen será: "PP caca".
El problema es que todos los medios audiovisuales, que son los que consumen ese grupo de votantes que decide el sentido electoral, siempre tienen a los previamente etiquetados como progres en sus pantallas, ilustrando cada noticia sobre el PP para descalificarlo. Como digo, no hace falta ni escucharlos para saber el sentido de la noticia.
Y ahora me pregunto ¿cómo podemos asumir que el PSOE se ha escorado a la izquierda? Pura propaganda. El otro día coloqué el poema de Gabriel Celaya "España en marcha". Eso sí que es progresismo, un comunista (quizás habría que decir antifranquista) que tiene sentimientos sobre la patria. Así le fue.