¡Ojo! Zapatero, maestro del puchero (repetición)
Ante la noticia de que "El PSOE suspende de militancia a Antoni Asunción" , me parece interesante repetir la entrada que publiqué el 7 de marzo de 2008, donde los propios comaradas de Zapatero se sorprenden de sus mañas con la cocina, hasta el punto de pedir sanciones para él.
Yo creo que es involuntario. Siempre pendiente de la II República, pues claro, entonces, se le olvida lo que acontecía en fechas tan cercanas como el año 1994, cuando, siendo él secretario provincial del PSOE de León, el sector crítico (guerristas, se decía entonces) presentó un escrito en la mesa de credenciales del Congreso Regional de su partido, donde se exigía «que se instruyan expedientes disciplinarios a Juan Ramón Lagunilla, José Luis Rodríguez Zapatero y Francisco Fernández»( El Mundo, 28/4/1994).
¿A qué obedecía esta indignación de parte del partido contra el prócer que nos Bobierna? Pues a que en el Congreso Provincial del PSOE, celebrado con anterioridad (suspendido en primera instancia, con intervención de la Policía y trampas mil), se habían suprimido del censo de militantes socialistas con derecho a voto, nada más y nada menos que a cerca de ¡2000 militantes!. Adivinen que no eran precisamente de los que pensaban votar al secretario que salió elegido: Don José Luis Rodríguez Zapatero.
Y ¿por qué no dejaron votar a esos abnegados militantes? Los "renovadores" (ZP, ¡¡renovador!!) no iban a admitir que era porque su voto les haría perder el poder, sino que argüían que aquéllos eran militantes a su pesar. Cusculluela (os acordáis, ex-ministro de Obras Públicas) fue encargado de investigar las afiliaciones supestamente irregulares y concluyó: «Los compañeros me han señalado que ellos han entrado voluntariamente en el partido, que no tienen por qué padecer el trámite de que ésto se compruebe y que quien pone en tela de juicio la voluntariedad de sus afiliaciones es quien tiene el deber de justificar sus afirmaciones y aportar algún tipo de prueba. Que, categórica y unánimemente, ellos no pasan por lo que han calificado como acto humillante» ( El Mundo, 2/1/1994).
Cómo serían las cosas que el alcalde de Villablino, Pedro Fernández, y la senadora Nieves Fernández, manifestaron reiteradamente su indignación: «Después de ver todo esto, Rodríguez Zapatero debería dimitir»( El Mundo, 2/1/1994). Pobrecillos, qué habrá sido de éstos Fernández y Fernández.
«Los socialistas leoneses eligen hoy a sus 18 delegados al 33º Congreso Federal del PSOE. Los duros enfrentamientos en los últimos meses entre guerristas y renovadores de esa provincia, con acusaciones mutuas de irregularidades para lograr apoyos ilícitos, harán que los socialistas leoneses vayan al cónclave de marzo con dos delegaciones. El sector renovador, encabezado por el secretario provincial, José Luis Rodríguez Zapatero, espera obtener 14 de los 18 delegados.Los guerristas, liderados por Pedro Fernández, alcalde de Villablino, y la senadora Nieves Fernández, lograrán los otros cuatro. La anulación temporal de 548 nuevos afiliados hasta que su militancia sea verificada en Madrid ha significado un duro revés para los seguidores del vicesecretario general del partido.
Mientras, una resolución de la Ejecutiva federal ha reconocido la veracidad de algunas acusaciones del sector guerrista contra Rodríguez Zapatero. Este último fue acusado por el alcalde de Villablino de mantener agrupaciones "fantasmas", censos "abultados y militantes de otros partidos o muertos".
La secretaría de organización del PSOE ha considerado "dudoso el listado de afiliados al corriente de pago de sus cuotas" en las dos agrupaciones de la capital que controla Rodríguez Zapatero. En estas dos agrupaciones, la Ejecutiva provincial ha excluido a varias personas del censo sin los requisitos necesarios, según la secretaría de organización. Además, este órgano del partido aprecia que "pudiera haberse producido por terceras personas el pago de cuotas atrasadas de un buen número de afiliados, algunos de los cuales adeudaban varios años".»
Yo creo que es involuntario. Siempre pendiente de la II República, pues claro, entonces, se le olvida lo que acontecía en fechas tan cercanas como el año 1994, cuando, siendo él secretario provincial del PSOE de León, el sector crítico (guerristas, se decía entonces) presentó un escrito en la mesa de credenciales del Congreso Regional de su partido, donde se exigía «que se instruyan expedientes disciplinarios a Juan Ramón Lagunilla, José Luis Rodríguez Zapatero y Francisco Fernández»( El Mundo, 28/4/1994).
¿A qué obedecía esta indignación de parte del partido contra el prócer que nos Bobierna? Pues a que en el Congreso Provincial del PSOE, celebrado con anterioridad (suspendido en primera instancia, con intervención de la Policía y trampas mil), se habían suprimido del censo de militantes socialistas con derecho a voto, nada más y nada menos que a cerca de ¡2000 militantes!. Adivinen que no eran precisamente de los que pensaban votar al secretario que salió elegido: Don José Luis Rodríguez Zapatero.
Y ¿por qué no dejaron votar a esos abnegados militantes? Los "renovadores" (ZP, ¡¡renovador!!) no iban a admitir que era porque su voto les haría perder el poder, sino que argüían que aquéllos eran militantes a su pesar. Cusculluela (os acordáis, ex-ministro de Obras Públicas) fue encargado de investigar las afiliaciones supestamente irregulares y concluyó: «Los compañeros me han señalado que ellos han entrado voluntariamente en el partido, que no tienen por qué padecer el trámite de que ésto se compruebe y que quien pone en tela de juicio la voluntariedad de sus afiliaciones es quien tiene el deber de justificar sus afirmaciones y aportar algún tipo de prueba. Que, categórica y unánimemente, ellos no pasan por lo que han calificado como acto humillante» ( El Mundo, 2/1/1994).
Cómo serían las cosas que el alcalde de Villablino, Pedro Fernández, y la senadora Nieves Fernández, manifestaron reiteradamente su indignación: «Después de ver todo esto, Rodríguez Zapatero debería dimitir»( El Mundo, 2/1/1994). Pobrecillos, qué habrá sido de éstos Fernández y Fernández.
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Si el diario El Mundo contaba las andanzas zapaterinas, también lo hacía El País, que en crónica firmada por Marifé Moreno, el 29 de enero de 1994 decía:«Los socialistas leoneses eligen hoy a sus 18 delegados al 33º Congreso Federal del PSOE. Los duros enfrentamientos en los últimos meses entre guerristas y renovadores de esa provincia, con acusaciones mutuas de irregularidades para lograr apoyos ilícitos, harán que los socialistas leoneses vayan al cónclave de marzo con dos delegaciones. El sector renovador, encabezado por el secretario provincial, José Luis Rodríguez Zapatero, espera obtener 14 de los 18 delegados.Los guerristas, liderados por Pedro Fernández, alcalde de Villablino, y la senadora Nieves Fernández, lograrán los otros cuatro. La anulación temporal de 548 nuevos afiliados hasta que su militancia sea verificada en Madrid ha significado un duro revés para los seguidores del vicesecretario general del partido.
Mientras, una resolución de la Ejecutiva federal ha reconocido la veracidad de algunas acusaciones del sector guerrista contra Rodríguez Zapatero. Este último fue acusado por el alcalde de Villablino de mantener agrupaciones "fantasmas", censos "abultados y militantes de otros partidos o muertos".
La secretaría de organización del PSOE ha considerado "dudoso el listado de afiliados al corriente de pago de sus cuotas" en las dos agrupaciones de la capital que controla Rodríguez Zapatero. En estas dos agrupaciones, la Ejecutiva provincial ha excluido a varias personas del censo sin los requisitos necesarios, según la secretaría de organización. Además, este órgano del partido aprecia que "pudiera haberse producido por terceras personas el pago de cuotas atrasadas de un buen número de afiliados, algunos de los cuales adeudaban varios años".»